Entrevista a Ana María Casas Cordero

Entrevista a Ana María Casas Cordero

Por la socia Paula Taraborelli

  1. ¿Cómo fue tu comienzo en la fotografía de paisaje?

Como amante de la naturaleza y de los viajes viví mucho tiempo el desencanto de tomar fotografías que no reflejaban en nada lo que había vivido y sentido en esos bellos lugares, así que en un momento decidí estudiar fotografía, para tener las herramientas necesarias y lograr capturar la belleza y poesía visual que encontraba en la naturaleza, realizando fotografías que motivaran al espectador a pensar y a sentir.

De profesión Trabajadora Social y sin antecedentes previos en la disciplina fotográfica, durante los años 1999 y 2000, focalicé este interés en un Diplomado en Arte con mención en Fotografía, que realicé en la Universidad Católica de Chile, dando así inicio a mi viaje como fotógrafa de naturaleza especializada en fotografía de paisaje.

  1. ¿Quiénes han influenciado en tu carrera? ¿De qué manera?

Como fue mi amor por la naturaleza y mi admiración por la belleza de los paisajes naturales lo que me motivo a estudiar fotografía y considerando que en esa época no existía la posibilidad de acceso a información y contenidos que existe hoy gracias a internet, no busqué referentes fotográficos. Desde un comienzo busqué recorrer mi propio camino en la fotografía, guiada por mi motivación de transmitir no sólo la belleza de los lugares que visitaba sino más importante aún, transmitir las emociones que me generaba la interacción con los espacios naturales.

  1. ¿Sos de planificar tus salidas fotográficas? ¿Qué llevas en tu mochila fotográfica?

Soy muy poco de planificación, sólo lo necesario e indispensable, porque busco sorprenderme con el lugar en las condiciones existentes cuando estoy en él. Siempre me preocupo de llevar lo requerido en cuánto a alimentación y líquidos, vestimenta adecuada al lugar y época del año, pero en ocasiones no tengo ni siquiera claro dónde me alojaré si es que me quedo en el lugar. Aún no uso aplicaciones climáticas o aquellas que sirven para ver los horarios del amanecer o atardecer, aunque no descarto hacerlo en el fututo, pero por el momento busco más lo espontáneo, la sorpresa y conectarme emocionalmente con el lugar en el que estoy sin tener una fotografía preconcebida del mismo.

Cada día llevo menos equipo a mis salidas fotográficas, sobre todo si tengo que realizar largas caminatas. En mi mochila va mi Nikon D810, un lente 28-300 mm, una batería de repuesto, una tarjeta de memoria adicional, un paño de limpieza y la pera de aire.

  1. ¿Qué lugar te impactó más visualmente? ¿Por qué?

Son tantos los lugares y momentos que me han impactado visualmente que es difícil definir sólo uno. Chile es un país angosto pero muy extenso, lo que nos permite tener una gran variedad de diferentes paisajes. Desde el desierto en el norte hasta la Patagonia en el extremo sur y de mar a cordillera encontramos una infinidad de bellos paisajes: bofedales, altiplano, valles, archipiélagos, islas, geiseres, lagos, ríos, ventisqueros, glaciares, campos de hielos, volcanes, pampa, selva, entre otros. Sin embargo, podría mencionar que el Parque Nacional Torres del Paine es de esos lugares que siempre impactan, no solo por la belleza de sus paisajes sino también por la diversidad de los mismos. Además, de los hitos fotográficos Torres del Paine y Cuernos del Paine de indiscutible belleza, podemos hacer una caminata que nos llevará por maravillosos lugares que nos deleitarán con ríos, lagunas, lagos, saltos de agua, campos de margaritas, ventisqueros, bosques milenarios, estepa y mucho más.

  1. ¿Qué fotografía te dio más satisfacción personal?

La fotografía más significativa para mi es “De regreso al infinito” y lo es por varias razones.

Luego de estudiar fotografía, pasaba el tiempo y aún no lograba realizar fotografías que transmitieran emociones. Había logrado realizar fotografías estéticas, que transmitían belleza, pero me faltaba lo principal, lo que me había motivado a estudiar… transmitir las emociones que experimentaba en los espacios naturales. Con tiempo, práctica y perseverancia llegó el día en que, al revisar las fotografías de un viaje, me embargó una sensación de plenitud y emoción. Al ver “De regreso al infinito” supe que lo había logrado, la fotografía se había transformado para mí en un medio de comunicación, en una forma de transportar a las personas no sólo a estos lugares sino también a los sentimientos y emociones que evocan estas composiciones naturales en ellas.

Esta fotografía la realicé en un lugar poco conocido de la Patagonia chilena, el Seno Otway, reserva natural que está ubicada al norte de Punta Arenas y que alberga al pingüino de Magallanes.

Fui en busca de pingüinos pero encontré mucho más. Las inclemencias del clima determinaban la geografía del lugar, la pasarela dibujaba un camino que parecía no tener fin, la vegetación danzaba al ritmo del viento coloreando el suelo con el dorado del sol, el cielo azul pintado de nubes nos invitaba a soñar y el mar asomándose tímidamente en el horizonte interrumpía el silencio reinante en el lugar. La soledad no dejaba de sobrecoger y por supuesto, la presencia del hombre le daba sentido a tanta inmensidad. Sin duda, un momento conmovedor, único e irrepetible para mí.

También podría mencionar otras razones como que esta fotografía ha sido premiada, publicada en diversas revistas y periódicos, pintada por más de un artista, expuesta en distintos lugares, siendo uno de los principales el Museo Nacional de Bellas Artes, pero lo más significativo sigue siendo todos los comentarios sobre las sensaciones y emociones que les genera a las personas esta fotografía. Durante el 2018, en la inauguración de una exposición en la que participé, se acercó una joven mujer para contarme que mi fotografía la había acompañado buena parte de su juventud, me contó que la recortó de una revista y la pegó en un collage que creó en un muro de su pieza. Días después me escribió un hermoso mensaje donde me decía, entre otras cosas… “esos paisajes del fin del mundo me ayudaban a soñar”. Sin saberlo, de alguna manera, estuve presente en su historia. Saber que mi paisaje la acompañó, le dio un poco de alegría en momentos difíciles y la ayudó a soñar es muy significativo para mí.

  1. ¿Participás en concursos fotográficos? ¿Por qué? Y ¿cuál fue clave para tu carrera fotográfica?

Al inicio de mi travesía fotográfica participé de concursos y torneos de fotografía, motivada por el Club de Fotografía en el que participaba, el Foto Cine Club de Chile, transformándose, en ese momento, en una interesante experiencia de aprendizaje que me ayudó a crecer y madurar mi proceso fotográfico. Participar de Concursos me permitía estar en constante práctica fotográfica, tener una retroalimentación de mis fotografías y validarme como fotógrafa al obtener importantes premios y reconocimientos fotográficos. Con especial cariño puedo mencionar que el año 2004 fui distinguida con el título de Artista Fotográfica por el Foto Cine Club de Chile.

Actualmente, no envío fotografías a Concursos, pero continúo participando desde la función de jurado en distintos eventos fotográficos.

  1. ¿Qué lugar soñás con ir y hacer una fotografía en particular?

Si bien no sueño con ninguna fotografía en especial, me encantaría ir a fotografiar a Antártica.

  1. ¿Qué deseas transmitir en las personas que ven tus fotografías?

La fotografía se ha convertido para mí en un medio de comunicación… en una forma de transportar a los espectadores no sólo a los lugares, sino también a los sentimientos que evoca en ellos la interacción con estas composiciones naturales, facilitando la generación o fortalecimiento de un vínculo emocional entre las personas y el paisaje.

Serenidad, paz, nostalgia, admiración, armonía y asombro son algunos de las emociones que acompañan mi trabajo fotográfico y que intencionalmente comparto para potenciar un sentimiento positivo, que permita generar conciencia sobre la importancia del respeto, la protección y el cuidado del frágil ecosistema en el que vivimos.

Mis fotografías son una invitación a disfrutar la naturaleza, los viajes y sobre todo… una invitación a disfrutar “La Emoción del Paisaje”.

  1. ¿Qué crees que se requiere para ser un fotógrafo de paisaje?

Creo que lo esencial es amar la naturaleza y por supuesto, trabajar ciertas características que son necesarias para avanzar en la fotografía de paisajes, como la sensibilidad, capacidad de asombro, paciencia, perseverancia, tolerancia a la frustración, curiosidad, estudio continuo y, sin duda, estar dispuesto a convivir con el frío, el calor extremo y el cansancio en muchas ocasiones.

  1. Contanos sobre tu libro “Chile en silencio”, ¿Cómo surgió? ¿Cuánto tiempo te llevó?

“Chile en silencio” es un libro de fotografías de Chile, que recorre el país de norte a sur con una mirada centrada en la belleza y poesía visual de sus paisajes y de su naturaleza. Es un recorrido a través de 109 fotografías que capturan la esencia y el sentido de cada lugar, existiendo esmero especial en la composición y el manejo de la luz y del color, para favorecer el mensaje contenido en cada una de las fotografías.

Es una edición de sobremesa, bilingüe (español/inglés), de tapas rígidas, formato vertical de 23×30 cm y tiene 136 páginas impresas a color.

Este libro es el resultado de once años de trabajo fotográfico recorriendo Chile a lo largo y ancho de su maravillosa geografía y de un año y medio de producción.

Para mí, en lo personal, es un sueño hecho realidad y me enorgullece que haya sido considerado por el Centro de Recursos del Aprendizaje del Ministerio de Educación de Chile, como “un estimulante respaldo al conocimiento de la geografía y la valoración de los espacios naturales del país”.

Actualmente, estoy trabajando en la Segunda Edición de “Chile en silencio”, muy pronto disponible en mi sitio web.

11-¿Qué proyecto se viene?

Si logro desarrollarlo… les cuento!